El primer día de este viaje con el amigo Iván, comenzaba en el aeropuerto de la ciudad italiana de Turin, optamos por un hotel a las afueras de la ciudad italiana, el elegido fue el B&B Hostel, la verdad que siendo sincero nada del otro mundo, el checkin lo hicimos a través de una máquina y con bastantes problemas. Lo mejor que tenía era que estaba cerca de la autopista (autostrada en italiano) para poder tomar rumbo a primera hora hacia las dos ciudades que también queríamos ver.
Nuestro vuelo llegó al aeropuerto internacional de Turín procedente de Madrid, con algo de retraso sobre el horario previsto y por eso el mismo viernes no pudimos aprovecharlo, asique tocaba ponerse en marcha el Sábado bien temprano para cubrir la distancia de 170 kilómetros (poco más de una hora y media tardamos) hasta Bérgamo que fue nuestro punto de partida.
El itinerario que seguimos fue el siguiente:
Bérgamo es una pequeña ciudad que está diferenciada en dos partes, la parte baja (citta bassa), donde se encuentran todos los edificios del gobiernos y organismos, y la parte alta (citta alta) que es la parte monumental y casco histórico de la ciudad, catedrales, iglesias, museos y por ello nosotros nos centramos en la Citta Alta.

La Citta Alta di Bérgamo, se alza sobre una colina, una posición estratégica, con sus altas murallas de ciudad medieval construidas en el sigo XVI durante la dominación veneciana.
Comenzamos aparcando el coche en un parking cercano a la estación de funicular que nos subirá a la parte alta de la ciudad, el precio del ticket individual es de 1,75€ (2015) por trayecto, nosotros solo compramos el de ida, porque para bajar de la ciudad alta lo hicimos andando.
La climatología que nos cuadró fue un poco adversa pero a la par muy bonita, con una nevada que cayó la noche anterior y que tenía todas las calles llenas de nieve así como sus parques y sus monumentos, le dio mucho encanto.

Tomamos un café en la cafetería Nessi donde pudimos disfrutar de un dulce típico de la ciudad, Polenta e Osèi, son unas capas de bizcocho rellena de chocolate y almendra recubierto con una masa de mazapán amarillo por encima, deliciosa.
Tras el breve descanso nos dirigimos hacia el centro urbano, esa es la Piazza Vecchia o Plaza Vieja, en la que se encuentra gran parte de la vida de la ciudad, en ella podemos encontrar el Palazzo del Podesta, antiguo palacio que servía para albergar el máximo cargo civil en la Italia Medieval, la Torre Cívica o también llamada «Campanone«, que es una torre de 52 metros de altura, (5€ vale la entrada para subir y tener unas vistas maravillosas desde lo alto) y por último también podemos ver el Palazzo Ragione, otro de los palacios que sirvió de órgano de gobierno durante la época Medieval de la ciudad.

A pocos metros nos encontramos con la Piazza del Duomo de Bergamo, en la cual se encuentran dos edificios muy importantes en el patrimonio de Bérgamo, la gran Catedral de Bergamo y también la Basílica de Santa María La Mayor que data el sigo VIII.

Tras visitarlas de manera gratuita, ponemos rumbo por las estrechas calles de la ciudad italiana hacia la Piazza della Cittadella, en la cual nos encontramos con la Torre Dell’Orologio que la cruzamos por debajo para acceder a la plaza y también el museo mas importante a nuestro parecer de la ciudad italiana, el Cívico Museo Archeologico, en el cual podemos encontrar piezas de valor incalculable de la antigua ciudad medieval de Bérgamo.
Una vez que visitamos el centro de la ciudad nos pusimos rumbo hacia la parte de la muralla veneciana que recorre toda la ciudad alta de Bérgamo, allí nos encontramos con la Cannoniera di San Giovanni, área que estaba dedicada para el emplazamiento de cañones para la defensa de la ciudad medieval, también al sur siguiente la muralla podemos obtener unas magnificas vistas de la ciudad baja de Bergamo.
Para terminar nuestra visita a Bérgamo visitamos el parte de «Rocca di Bérgamo» que estaba completamente nevado cuando llegamos y es uno de las praderas donde poder disfrutar de la naturaleza la ciudad.

Después de esta agradable mañana en el pequeño pueblo de Bérgamo pusimos rumbo a Milan, a unos 20 minutos en coche, por la autopista A4.

Tras visitar los aledaños de San Siro, que es el estadio de los equipos AC Milan e Inter de Milan FC, aparcamos en un parking céntrico para ahorrarnos desplazamientos en transporte público, accedimos al centro por la calle Corso Vittorio Emannuele II, una de las avenidas comerciales de la ciudad milanesa, al final de esa calle llegamos al monumento mas importante de Milán, la catedral «Il Duomo» que tiene 107 metros de alto y 140 metros de largo, es una obra majestuosa que emerge en el centro de la ciudad. Dentro de la misma plaza podemos encontrar el Palazzo Reale y una gran estatua equestre de Vittorio Emannuele II en el centro de la plaza.
Tras hacer una parada técnica en una cadena de cafeterías llamada «Arnold Coffee» continuamos la visita por Milán, visitando la conocida Galería Vittorio Emannuele II, en la cual se albergan las boutiques mas importantes y prestigiosas de la ciudad. Allí dentro también podemos encontrar la Oficina de Turismo en la cual nos pueden dar algunos consejos de que poder visitar. La siguiente parada era el conocido Teatro La Scala junto al cual está la estatua de Leonardo Da Vinci, el teatro es uno de los mas famosos del mundo con 2000 butacas y en el cual se han representado las mejores obras de teatro de la historia.

Pusimos rumbo hacia el Castillo Sforzesco, se construyó como fortaleza dentro del centro de Milán, y en la actualidad alberga varios museos de la ciudad. Sus alrededores son sensacionales para tomar una buena foto, sobre todo en la fuente de la entrada principal. El recorrido terminó en la Iglesia de Santa María de Gracia de Milan, que fue fundada en 1473 por el duque de Milán, Francisco Sforza, lo más importante esta en su interior, en ella se encuentra una de las obras pictóricas mas importantes «La Última Cena» del gran maestro Leonardo Da Vinci, por 10 euros se puede visitar.
Ya sin tiempo no pudimos visitar uno de los barrios con mas ambiente de la ciudad, el Naviglio Grande, sin lugar a dudas para la siguiente visita será una visita obligada. Cenamos en un restaurante fuera del trasiego del centro de Milán y por 10 euros por persona pudimos deleitarnos de un buen plato de pasta con su entrante y bebida para poder poner rumbo a Turín donde estaba el hotel.

El día siguiente estaba reservado para Turín que veremos en el siguiente post.
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