La capital riojana, conocida por muchos por su animada Calle Laurel, tiene mucho más encanto escondido, tanto en su cuidad como en toda la comunidad de La Rioja, que a continuación recorreremos en este post.
En este viaje acompañados de una buena cuadrilla, los amigos ITIG, ellos fueron los que me dieron el paso para poder escribir este blog, poder contar todo de los lugares que conozco y voy conociendo y también, enseñar mi pequeña colección fotográfica de esos lugares.

El itinerario realizado fue el siguiente:
La famosa Calle Laurel tiene su propia historia, en sus orígenes era una calle donde se ejercía la prostitución y cuando alguna de las chicas estaba libre,como una señal colgaba una rama de laurel en su balcón. Más adelante se fue llenando de bares y tascas y actualmente es conocida popularmente como “La senda de los elefantes”, por las posibilidades de salir trompa y a cuatro patas como estos paquidermos.

Regada por el Río Ebro, Logroño es una sensacional muestra de cuidad pequeña con mucha cultura y en la que no hace falta el coche para recorrerla, nuestro itinerario por la ciudad comienza en la Oficina de Turismo de la ciudad donde nos dejamos aconsejar de los bonitos rincones de esta ciudad, avanzamos por la Calle Portales, en la que se encuentra el Parlamento de La Rioja un bonito edifico que fue la antigua fábrica de tabacos de la región.

Paso a paso, en la misma calle Portales podemos ir viendo como se asoma las dos torres de la Concatedral de Santa María de la Redonda, data del siglo XV y se aprecia muy bien los estilos gótico y barroco, se sitúa en la Plaza del Mercado que es uno de los lugares con más trasiego de peatones, es un lugar idílico para tomar un café en una de sus muchas terrazas.

Muy cerca de allí en dirección al río Ebro, en busca de la Iglesia de Santiago el Real, encontramos dos lugares muy característicos de la ciudad:
- Una pequeña tienda de un souvenir muy común, el lugar se llama Botas Rioja, la bota es un elemento muy típico de la zona, ya que nos encontramos en una zona de viñedos y por lo tanto de muy buenos vinos, por lo que se necesita un recipiente para conservarlo y poder beberlo, para ello es la bota, que está hecha con piel de cabra cosida a mano y tiene una forma de gota o lágrima.
- El Café Moderno, una bonita cafetería, muchos son los años que lleva abierta y conserva muchos de sus elementos, allí podrás deleitarte con platos de la cocina riojana también es posible que encuentres alguna actuación musical y teatral.
Llegamos a la iglesia de Santiago el Real, es la iglesia de origen más antiguo de la ciudad de Logroño, del siglo XIV, es una única nave sin columnas y con una gran torre en una de sus esquinas.
Otra de las iglesias importantes de la ciudad es Iglesia Santa María de Palacio, del siglo XV, algo mas grande que la anterior, también tiene un claustro que se puede visitar, destaca lo alto de la iglesia con una aguja en lo alto de la torre con muchos detalles en su exterior.

Continuamos con otro templo, esta vez el mas pequeño de los mencionados anteriormente Parroquia de San Bartolomé, aunque se comenzó a construir en el siglo XII no se finalizaría todos los detalles hasta el XV. Es curiosa por su entrada y porque también es parte de uno de los hitos del Camino de Santiago Francés.

El antiguo Ayuntamiento se ubicaba en el bonito edificio de Palacio de los Chapiteles, un edificio del siglo XVI que se ubica al final de la calle portales, en el extremo opuesto donde comenzamos nuestro itinerario. El nuevo ayuntamiento, totalmente modernista se ubica a pocos metros de allí.

Cabe destacar los dos pulmones verdes de la ciudad:
- El más céntrico, el Paseo del Espolón, muy cerca de la Calle Laurel y más conocido por su estatua ecuestre que representa al político y militar Baldomero Espartero, quien fuera regente de España con Isabel II como reina.

- El más grande y con otro encanto ya que está pegado al río es el Parque del Ebro, en el que aparte de tener varias hectáreas de zonas verdes para pasear, hacer deporte y disfrutar de la naturaleza. También se puede disfrutar de cultura, allí se encuentran las Ruinas del Convento de Valbuena y Cubo del Revellín, ambos son restos de antiguos edificios, el primero de un convento eclesiástico y el segundo de una fortaleza militar que se puede visitar por dentro.

La oferta cultural de la ciudad es amplia, os destaco dos lugares de imprescindible visita para conocer más sobre esta ciudad.
- La Casa de las Ciencias, es un centro dedicado a la divulgación de la cultura de la ciencia y la tecnología, a través de exposiciones, conferencias, talleres, cursos, proyecciones, observaciones y demostraciones científicas.

- Museo de La Rioja, situado en un edifico barroco, construido en el siglo XVIII, en sus distintas salas podemos conocer la historia de esta bonita provincia y también tener acceso a exposiciones temporales.
Si visitas la Casa de las Ciencias, es un buen momento para pasear por los dos puentes de la ciudad (Puente de Hierro y Puente de Piedra) que cruzan el caudaloso Río Ebro.
Como complemento perfecto a este viaje, no podíamos dejar de visitar una bodega de la comarca de la Rioja-Alavesa, esta comarca abarca varios municipios de las dos provincias y uno de los sustentos básicos es la producción de vino en las decenas de bodegas que hay en ella.
Nos decidimos por una bodega familiar, las Bodegas Valdelana, la visita cuesta alrededor de los 12 euros y permite el acceso a las entrañas de la bodega, acceder a su museo etnológico, sentir el aroma a vino que desprenden las centenarias barricas de roble y realizar una cata tanto de distintos tipos de vino, así como de aceite.

Tras la visita aprovechamos para visitar el coqueto pueblo de Elciego que es donde se emplaza esta bodega y un gran número más, una de las mas conocidas la Bodega de Marqués de Riscal, por su modernista fachada, diseñada por el arquitecto canadiense Frank Gehry.

Aprovechamos el día también visitando otro de las villas medievales de esta comarca, situado en lo alto de un cerro se encuentra Laguardia, rodeado de bodegas, lo que mas llama su atención es el centro de la villa, que es completamente peatonal y hace que se pueda disfrutar un agradable paseo, en nuestro caso regado por el «chirimiri», la lluvia típica del País Vasco. Muy recomendable pasear por la Calle Mayor (Mayor Kalea) y también acceder al mirador de la ciudad, ya que desde allí se tienen unas vistas sensacionales de las centenares de hectáreas de viñedo de la localidad.

Para comer os recomendamos el Restaurante La Muralla, en el que el menú de fin de semana alrededor de 22-25 euros con comida caseta y de puchero para mitigar el desapacible clima que nos había acompañado.
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